Resúmen

Mendoza, Argentina. Mi primer maestro fue Juan Carlos de la Mota, mi padre.
El 24 de marzo de 1976, comenzaba la Academia de Bellas Artes, Prilidiano Pueyrredón, turno noche. Al mismo tiempo que asistía en el turno noche, trabajaba como diseñadora gráfica en Editorial Abril, donde aprendí el oficio del diseño gráfico.
En 1982 ingresaba en la Escuela Superior de Bellas Artes, “Ernesto de la Cárcova”: Allí se trabajaba desde las 8:30 hasta las 12:30 h. con los profesores y luego podíamos quedarnos hasta la tarde, trabajando en los talleres. En ese tiempo teníamos maestros con diferentes tendencias estéticas, ideológicas, lo que provocaba una constante discusión crítica. Mis maestros fueron Ricardo Dagá, Juan Carlos Distéfano, María Juana Heras Velazco, Jorge Michel, Alfredo Portillos y Antonio Pujía.

Entre los años 88’ y 90’ hice exposiciones colectivas fuera de los lugares convencionales, como fue el Museo Bailable en Medio Mundo Varietté, Bicho du Pé y Cemento.
En 1993 realicé mi primer instalación: Espuma de Maní, en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires.
Esta instalación reunió una serie de esculturas en aluminio. Eran figuras que se podrían haber repetido infinitamente. Todo comenzó con la imagen de un afiche que vi en la calle que mostraba la figura de un objeto volador no identificado. La forma del plato con la luz expandida desde su base me sugirió materializar esa luz, con lo cual dejó de ser luz. Se fueron reproduciendo las figuras como una invasión, construcciones de aluminio de variadas formas frívolas.
En 1994 realicé El Aceite Azul. Gracias al apoyo otorgado por el Fondo Nacional  de las Artes. Este trabajo consistió en una suerte de rastrillaje, con el fin de guardar datos que la urbanización a lo largo de la costa del Riachuelo me presentaba, así realicé un libro con fotos y textos recogidos a lo largo del itinerario.
Salí en busca de las señales que me suministraba la calle, algo que me permitiera descubrir la identidad de la ciudad. Recorriendo las orillas del Riachuelo, comenzando por la antigua entrada al Puerto terminando en Barracas. Y saliendo de la Estación Puente Alsina hacia La Quema (lugar donde se recicla  la basura de la ciudad) pasando por Ingeniero Budge hasta Aldo Bonzi.
Pasé por lugares pertenecientes a distintas clases sociales. Cada foto tomada constituyó un parámetro estético ubicado en la tabla que iba construyendo durante el recorrido. Paralelamente se fortalecieron mis lazos sociales culturales y afectivos con Buenos Aires, comenzó el descubrimiento y  la adicción posterior al tango.
Viajé a Europa en 1995, con dos propuestas de trabajo, dar clases de tango y permanecer en la residencia de arte Amakhono en Niza.
Ciudad Oculta y Hoy no Bailo, son dos instalaciones realizadas en AMAKHONO. Ubicada en un barrio de las afueras de Niza,  Provence-Alpes-Côte-d'Azur.
Subiendo por los Alpes-Maritimes, al borde del río La Madeleine, allí encontré una situación que tenia que ver con El Aceite Azul: la ruta bordeaba el río, en un lugar frente al río la gente depositaba basura que otros recuperábamos. Recolecté una buena cantidad de objetos y los dispuse construyendo, a partir de formas y colores, un “escenario”, que anulaba el fin utilitario de las cosas. Les otorgaba otro sentido, con las mismas cosas de todos los días otra situación, otra ciudad. 
Hoy no Bailo, una instalación realizada en ésta misma residencia, quise evocar un sentimiento de lejanía, abandono y pérdida; recuerdos ocultos.
Cajas de cartón espléndidamente blancas y celestes pulcras. Como casitas blancas donde se podía descubrir alguna foto del pasado Aceite Azul. La imagen secuestrada en La Quema,  puesta en una escenografía limpia  impecable que nada que ver tenía con su realidad, quitándole su pasado y su tiempo.
Finalizada esta residencia me trasladé a la Haya para dar clases de tango.
En 1996 me radiqué en Maastricht donde nació mi hija Perla Vita. 
Un viaje-subtepass en el 2001, fue una instalación en el centro para las artes: Hedah de Maastricht.
Con éste trabajo quería dar vuelta mi historia, de alguna manera volver. Tomé de la Difunta Correa, figura mítica de la Provincia de San Juan (Noroeste de Argentina) su antigua leyenda para ofrendarla. Sobre una liviana y simple construcción de pilotes, instalé una canaleta perforada a lo largo y cada tanto. Tiré en esta canaleta, arcilla líquida; la hice circular para que fuera cayendo en forma de gotas sobre recipientes. Con el tiempo ésta arcilla se iba secando y formando así estalagmitas. Debí agregar arcilla y revolverla cada día para que se produjera el goteo y las estalagmitas.

2002 recibí el estipendio básico otorgado por el Fonds-bkvb (Fondo para artistas plásticos, diseñadores y arquitectos de Holanda) 
2003 Participé en Maasmanifestatie, un evento organizado por el Stedelijk Museum Roermond (Museo Estatal de Roermond)
En el interior del museo expuse la instalación Un viaje-subtepass.
En los exteriores de éste museo, en los alrededores de la ciudad, casi en un basurero, construí una huerta titulada ¿Porqué los paraísos tienen que estar perdidos o prometidos?
En Holanda se acostumbra alquilar o comprar una pequeña parcela de tierra para cultivar, ya que no todos pueden tener un jardín. Allí se juntan vecinos con un poco de todo, papas, tomates, girasoles y lavandas. Esta “huerta popular”, “volksmoesthuin” como son llamadas, viene a responder a la instalación dentro del museo: es el resultado del ritual y la ofrenda. 
Ambas instalaciones deben ser regularmente y cuidadosamente tratadas para que de esta manera, lenta y constante posibilite la transformación.” (Ad Himmelreich)

2004, La Toma (La toma de las inconveniencias), una residencia en De nederlandsche CACAOFABRIEK, Helmond. Un lugar al borde del agua, el Canal Zuid Willemsvaart. Allí trabajé para rescatar de mi experiencia la gráfica, el collage y la tinta. Utilicé material que me llegaba desde Argentina sobre "El estallido de 2001, material que mis padres me enviaron, recortes de diarios y volantes. En ésta permanencia trabajé con  Jon Hreinson, fotógrafo de Islandia, quien hacía al mismo tiempo su residencia allí.

2005, Aire-Vudu-Rancune, es el resultado de un recorrido o itinerario, a lo largo de las orillas del Río Maas en la zona de frontera entre Maastricht y Bélgica. Trabajé específicamente en relación con los habitantes de Lanaye.

En 2007 comencé una escuela de tango, Club Margot: un espacio de reunión, discusión y contemplación alrededor del arte y la cultura en general. Un escenario para artistas Sudamericanos y a la vez que funcionó como intercambio entre dos culturas.
Realicé en Maastricht 2008, dos instalaciones, una en Ainsí, Luikerseweg y otra en Eyes, Las Islas. Trabajé en ambas sobre el concepto del límite que representa el río como frontera natural y que es tomado por el hombre con fines políticos, constituyendo marca de diferencias culturales. El límite está puesto en la representación simbólica institucional, en las asociaciones colectivas políticas y religiosas. El Luikerseweg era el nombre del camino que unía dos ciudades, Maastricht y Luik (Lieja), iba por lo alto de la montaña San Piter, atravesando el bosque, camino que desapareció a causa de las excavaciones a cielo abierto que hizo Enci, la fábrica de cemento.

Mi trabajo
Parto desde un punto relacionado a un hecho real o ficticio para construir ciertas consecuencias, indagar en el desarrollo y planteo un recorrido.
En mis instalaciones hay siempre rastros de un pasado, del registro sobre hechos y tradiciones.
Vivo, entonces en el mundo de mis contrarios porque esto es lo atractivo. Con el fin de apropiarme de lo ajeno, otros códigos, pierdo lo propio, es necesario entonces llevar a cabo un trabajo de recuperación. A través de la identificación con lo ajeno, pues elijo aquello que me atrae del otro para obtenerlo, hago un camino de ida y vuelta. Siendo una cosa a través de la otra.
En ese transportarse, de un lugar a otro es que pretendo llegar al centro de una encrucijada. Para confirmar que no hay lugares a donde ir o donde volver: la deuda, la culpa, volver o devolver son sólo aspectos de un movimiento.  La deuda no tiene que ver solamente con una deuda histórica, patriótica o de raza, sino una deuda con la humanidad  la de dar razón a esta vida, con sus “cruces” y vueltas: Reconocer que a través de todos los cambios, idas y venidas, uno, no es más que un movimiento, una explosión en muchas direcciones.
Diez años de trabajo como diseñadora gráfica influyó en mi dibujo, la imagen pregnante por un lado, dinámica que actúe como doble mensaje. Llamar la atención con una forma que señale otra. 
La instalación funciona para mí como un ritual. El dibujo con tinta china me posibilita unir dos hemisferios. Es por ello que la tinta china, o sumi-e, como técnica me resulta cómoda, una técnica gestual y trágica, es irremediable. La vida en cada existencia va construyendo una estructura producto del movimiento. Así como los ríos van dibujando un mapa, planteo cuál será el dibujo de la humanidad.